Kuressaare

Kuressaare es la única ciudad de la isla de Saaremaa. Apareció en los mapas por primera vez en 1154 y obtuvo la condición de Villa en 1563, otorgada por el Duque Magnus, hermano del rey Federico II de Dinamarca, que dominaba en aquella época esta región. Se la conocía entonces por su nombre alemán de Arensburg. A partir de ese momento la ciudad comenzó su desarrollo. Hasta entonces el centro se aglutinaba alrededor del castillo y partir de la 1ª mitad del siglo XVII, se desplazó hasta su emplazamiento actual. A partir de mitad del siglo XIX Kuressaare-Arensburg se convirtió en un destino veraniego para la aristocracia de Tallin y San Petersburgo. El casco antiguo es muy bello y agradable de visitar, con sus callejuelas empedradas y sus placitas triangulares, destacando la plaza principal, que funcionaba como mercado de la ciudad.

Visita panorámica de Kuressaare. A lo largo de un corto paseo por el centro de la ciudad, podremos admirar en la Plaza Principal, que servía de mercado de la ciudad, el edificio del Ayuntamiento, construido en 1670, así como la Casa de Pesaje, de 1663. Posteriormente, visitaremos el molino de viento, de 1879; el Monumento a los Guerreros de la Isla, en honor de los que dieron sus vidas en las guerras luchadas por el pueblo estonio; así como el Resort Club, un bellísimo ejemplo de arquitectura típica de madera del siglo XIX. Finalizaremos nuestro recorrido en el Parque de la Villa, junto al Castillo Episcopal.

Visita del Castillo Episcopal de Kuressaare. Es el monumento más importante de la isla de Saaremaa, y el castillo medieval mejor conservado de Estonia. El castillo es un magnífico ejemplo de fortificación en estilo gótico tardío. Fue construido en el siglo XIV con bloques de piedra Dolomita cincelada y está rodeado de bastiones de los siglos XV al XVIII. El edificio tiene una planta cuadrangular con dos torres en su fachada Norte: la Torre de Vigilancia y la Torre de Defensa. La austeridad de sus muros exteriores, y su aspecto macizo, imponente, impresionan al visitante a pesar de su sencillez. El casillo es hoy el Museo de Saaremaa, dedicado a la historia y la naturaleza de la isla. Presenta más de 30 exposiciones al ano, además de numerosos conciertos de música clásica.